A LA MÍNIMA EXPRESIÓN

El paisaje puede interpretarse de diferentes maneras. Los niveles de representación visual, como lo realista, lo abstracto y lo simbólico, nos ofrecen diversos caminos para experimentar el entorno que tenemos frente a nosotros. Finalmente, nuestros gustos personales determinarán cierta inclinación por asomarnos al mundo real o al imaginario.

Ese día me encontraba con David Santiago, preparando uno de nuestros talleres en el Lago de Sanabria, y decidimos entregarnos al atardecer en uno de sus rincones favoritos. Pronto, comenzó a surgir mi admiración por las formas y los colores. Rocas, hojas y las luces que se reflejaban sobre el agua se manifestaron en una abstracción cautivadora. Cuando parecía que todo había terminado, una línea perfecta de luz atravesó la oscuridad del lago de una punta a la otra. Este motivo me sedujo tanto que decidí otorgarle todo el protagonismo en mi imagen. Cambié rápidamente del angular a un teleobjetivo para aislar elementos. Forcé la exposición de la cámara un poco en negativo para conseguir un negro profundo y, al mismo tiempo, descontextualizar el agua.

Los planos cromáticos del expresionista americano Mark Rothko forman parte de las experiencias visuales que he adquirido a lo largo de estos años. Mi fascinación por la historia del arte surgió como una influencia en aquel inesperado momento.

Es posible que el resultado final de mi fotografía te deje tan frío como la propia línea que la traza, pero sin duda fue mi manera más honesta de representar aquel paisaje en el Lago de Sanabria.

Esta entrada fue publicada en Revelando su historia y etiquetada , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *