3 FRASES, 3 REFLEXIONES Y UN PUÑADO DE FOTOGRAFIAS

Artículo publicado en la revista digital NATURE ART#

Normalmente, ciertas frases célebres nos marcan por diferentes motivos, quizás uno de ellos sea la empatía que nos hacen sentir. La intención de este artículo es profundizar sobre algunas de mis citas favoritas, y generar lazos de unión con imágenes y reflexiones que surgen de experiencias personales.

“La belleza artística no consiste en representar una cosa bella, sino en la bella representación de una cosa”

La primera frase que quisiera compartir con todos vosotros la encontré por casualidad no hace mucho, y corresponde al filósofo alemán Immanuel Kant. Desde entonces, la utilizo mucho en mis presentaciones, ya que me ayuda a explicar que la belleza que poseen muchas de las fotografías que vemos no pertenece tanto al motivo captado, sino a la propia interpretación que hace el autor del mismo. Por ello, muchas veces, a pesar de estar frente a sujetos y lugares fascinantes, nuestras fotografías no logran transmitir ese encanto al espectador. Otras veces en cambio, el autor es capaz de hacer algo hermoso de aquello que aparentemente no lo es.

Hace ya dos años adquirí un libro por recomendación del doctor de bellas artes y youtuber Antonio García Villarán. La obra en concreto se titula “Historias de seis ideas” de Wladyslaw Tatarkiewicz, y trata de profundizar sobre la ambigüedad de ciertos conceptos discutidos por filósofos y artistas a lo largo de la historia. Sobre el concepto de belleza, hablan de la estética que poseen ciertos motivos por su naturaleza; otros en cambio, la adquieren con el ornamento que el artista es capaz de aportarle.

Durante nuestras salidas fotográficas, existen muchas decisiones que iremos tomando como autores para adquirir un resultado estético u ornamento que satisfaga plenamente al espectador. Para tal propósito,  podemos echar mano de ciertos recursos mecánicos como obturaciones lentas, movimientos de cámara, objetivos vintage o filtros para conseguir imágenes diferentes y atractivas. También tenemos en nuestras manos los recursos compositivos, y que podemos estudiar con las leyes de la Gestalt para generar impacto visual con el color, el contraste, la simetría, etc. Por supuesto, no podemos olvidarnos de los recursos narrativos como los niveles de expresividad y la retórica visual, ya  que nos pueden ayudar a descubrir la máxima belleza en lugares que nunca hubiésemos pensado.

“Cerré los ojos para poder ver”

Otra de mis citas preferidas pertenece al pintor francés Paul Gauguin. Fue uno de los artistas más destacados del post-impresionismo, un periodo histórico –artístico que buscaba una renovación en el arte huyendo de las limitaciones que ofrecía el impresionismo. El afán de Gauguin por huir de la realidad, le llevó a explorar el mundo simbólico.

Normalmente, nos enfrentamos al paisaje bajo una visión realista, algo que nos hace estar con los ojos bien abiertos para captar aquello que sucede delante de nuestra lente, y que posiblemente se convierta en irrepetible: Las atmósferas en el paisaje, una luz especial o un comportamiento inusual.

Nuestra evolución personal nos puede llevar a cerrar los ojos y abrir los párpados de la imaginación, permitiéndonos con el tiempo conectar con otros mundos que permanecían ocultos.

Normalmente, creemos que esta cualidad de dialogar con el mundo imaginario pertenece solo a unos pocos privilegiados, aunque pienso que solo corresponden a aquellas miradas predispuestas a descubrirlo.

“Todos los niños nacen artistas. El problema es cómo seguir siendo artista al crecer

La última frase pertenece a uno de mis pintores predilectos: Pablo Picasso. Mi admiración no surge exclusivamente hacia su obra, sino a toda una vida de constante superación.

Dicen que los niños nunca mienten, y quizás se convierta en una de las virtudes de este gran artista. Sus pensamientos y actitudes son de lo más sinceros, sin ningún tipo de filtro que nuble sus sueños. Cuando nos dirigimos hacia una edad adulta, nuestra vida se convierte en una mentira por causa de muchos de nuestros miedos.

Hace tiempo, Pedro Javier Pascual me recomendó un documental de fotografía con una tremenda sensibilidad de principio a fin: “La caja de cerillas”. Esta obra versa sobre la vida del fotoperiodista Joan Guerrero. El documental fue realizado por David Airob, fotógrafo y amigo que quedó fascinado por las historias, anécdotas y reflexiones del maestro.

Existen muchas frases bellas a lo largo del reportaje, aunque quería destacar una de ellas, ya que tiene que ver con esta última reflexión. Al inicio, Joan explica que de pequeño se hizo una cámara fotográfica con una caja de cerillas, y que con ella intentaba captar esos momentos en los que sus amigos jugaban a ser piratas en un barco ubicado en una playa de Tarifa. Un fuerte nudo en la garganta denota su emoción al citar esta frase: “Fueron los mejores encuadres de mi vida porque eran ingenuos, eran…”

Cuando vamos envejeciendo con la cámara, existen muchos aspectos que suelen mermar nuestra creatividad y dificultar nuestra vida artística. Para hacer frente a este problema, quizás tengamos que echar la vista atrás y aprender de aquel niño que un día fuimos. Con él aprenderemos a huir de nuestras vergüenzas a la hora de crear, convirtiéndonos así en fotógrafos más espontáneos y libres. Trataremos también de volver a estimular nuestra curiosidad por aquello que desconocemos, para buscar nuevas posibilidades y caminos fuera de nuestra zona de confort. Para este nuevo “artista” no existen ni las normas ni los errores, solo su inocente afán por expresarse.

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