LIFE COMES TO ART

Artículo publicado en la revista a papel de la SEO BIRDLIFE#20

«Me dedico profesionalmente a la agricultura en Roquetas de Mar, Almería, y aunque no soy fotógrafo profesional, disfruto de la fotografía como un pasatiempo apasionante. Mis primeros cinco años como fotógrafo amateur se enfocaron principalmente en capturar imágenes de aves y su belleza natural. Sin embargo, con el tiempo, la repetición y la falta de diversidad en mi colección de imágenes me llevaron a buscar nuevos enfoques.

Siempre me intrigaron las fotografías donde una golondrina volaba a través de una ventana, y esa idea me inspiró a buscar un escenario único para mis fotografías. Me esforcé por capturar imágenes diferentes y originales, evitando las típicas tomas ya hechas por otros fotógrafos. Un día, tuve una brillante idea: ¿y si una golondrina volara a través de una pintura? Pero no podía ser cualquier pintura, debía tener una conexión significativa con la especie en cuestión. Aunque la idea me entusiasmó, la inseguridad y el miedo a las críticas me hicieron dudar de su viabilidad.

Sin embargo, todo cambió un día en mi cortijo, cuando encontré un óleo estropeado que reavivó mi entusiasmo por esa idea olvidada. ¡Era la pintura perfecta! Reflejaba el hábitat natural de las golondrinas que siempre había admirado: un paisaje rural con calles estrechas, casas de cal con tejas rojas y balcones abiertos de par en par, rodeado de un cielo amplio y despejado, donde mi golondrina y yo podríamos volar en un sueño compartido.

Esperé pacientemente hasta la primavera, cuando la pareja de golondrinas regresó a su nido en mi finca. Antes de su llegada, coloqué el cuadro frente a una ventana que solían usar para entrar y salir. Cuando la pareja comenzó a construir su nido, observé atentamente para asegurarme de que todo estuviera listo. Finalmente, llegó el día de la sesión fotográfica: equipado con mi cámara y flashes, esperé en mi camión como si fuera un hide, listo para disparar a distancia cada vez que las golondrinas volaban a través del lienzo.

La sesión duró ocho horas y requirió más de 400 disparos, pero al final, mi sueño se hizo realidad. El resultado fue una imagen surrealista y emotiva que fusionó la pintura y la fotografía para expresar la idea que llevaba en mi mente durante tantos años. Titulada «Life Comes to Art», esta fotografía se convirtió en una representación de un sueño hecho realidad.

Aunque inicialmente dudé sobre su potencial, decidí compartir mi trabajo en concursos fotográficos importantes. Dos de ellos no avanzaron mucho, pero uno de ellos apostó por mi imagen y la llevó a la final. Para mi sorpresa y alegría, mi obra se llevó el premio absoluto en la categoría «Impresiones» del prestigioso concurso Wildlife Photographer of the Year 2015.

Este reconocimiento no es solo un logro en mi currículum, sino una confirmación de mi evolución y perseverancia en la fotografía a lo largo de 14 años de búsqueda y pasión por el mundo natural. «Life Comes to Art» representa una etapa de cambio y crecimiento en mi vida, donde decidí superar mis temores y perseguir mis sueños sin miedo.

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